“Nunca hubo una mujer como Gilda, esa frase lo dice todo. Protagonizada por el triángulo amoroso compuesto por Jhonny Farrell (Glenn Ford), Ballin Mundson (George Macready) y Gilda (Rita Hayworth), es indudable que la actriz devora a ambos componentes masculinos y se convierte en todo un icono de la película en particular y del cine en general.
Las crítica recibió escandalizada la película y se produjeron anécdotas, como la de pintar los enormes carteles que colgaban de los cines con la figura de la actriz alegando la inmoralidad del vestido de la misma, que enseñaba más que nada supongo que serán cosas de la época jaja si vieran como vestimos las chicas ahora.
Con el tiempo, la crítica hizo justicia a una de las que considero mejores películas de la historia del cine, un canto a la fatalidad, al poder del destino, y a lo mal que le sienta al amor una relación impar. Pero sobre todo es una película que se basa en el poder que una mujer tiene de despertar deseo en los hombres para manejarlos a su antojo.
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